jueves, 6 de mayo de 2010

La aventura de ser maestro

Vengo de una familia de docentes, mi madre, mi padre, tíos (excepto hermanos) son docentes. Crecí en un ambiente de docentes exigentes y dedicados, escuchando sus preocupaciones por los alumnos, viendo planeaciones, en medio de revisiones de exámenes, de elaboración de estrategias y de ese platicar siempre de la escuela.

Estoy convencida que a mí, a diferencia de mis hermanos, ese ambiente me convenció y me ayudó a descubrir mi vocación para ser maestra: creo que yo nací para esto.
Sé que tal vez no alcanzaré la excelencia como muchos otros, pero mi trabajo me apasiona y sigo sintiendo ese nerviosismo cuando entro a un grupo. Sigo sorprendiéndome del hambre de saber de los alumnos y yo necesitaría tal vez otras cinco vidas para aprender todo lo que quiero saber y para encontrar las respuestas a las preguntas que tengo.
Aún recuerdo, como dice José Manuel Esteve en su lectura “La aventura de ser maestro”, cómo empecé a darme cuenta de la diferencia entre la teoría y la práctica, refiriéndome a lo aprendido en la Normal, cómo, empecé a ver la realidad y a adaptarme a ella, y cómo, aún con todas sus carencias, realizar con todo entusiasmo mi labor.
Siendo franca, no me gustó el título de la lectura "El malestar docente" porque yo no he sentido malestar en ser docente, sé que las experiencias no muy agradables que he vivido con mis alumnos, han sido, casi siempre, por falta de planeación o de previsión de mi parte, lo cual, se va mejorando con la experiencia.

2 comentarios:

  1. Hola Ana
    Que bueno que tuviste una formación familiar y profesional hacia la docencia, esto creo ayuda bastante ya que tienes en cuenta bases pedagógicas para preparar sobre todo tus primeras clases, en mi caso como se menciona en la lectura fuí aplicando lo que consideraba funcionó de mis maestros hacia mí; ahora sigo teniendo fallas y por eso quiero estar en esta Especialidad mejorando como mencionas, con esto nuestra manera de trabajo.
    Saludos y hasta pronto

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  2. Ana.

    Viendo tu entrada me doy cuenta de todos los años que tienes estando cerca de la docencia, se podría decir que inclusive ya lo traes en la sangre. Pienso que tuviste mucha suerte de estar rodeada de todo este mundo desde pequeña, ya que te enseño el compromiso que tienen los maestros por lograr que sus alumnos obtengan los conocimientos necesarios para enfrentarse a los problemas de su vida adulta.

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